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Activistas contra el olvido

Activistas contra el olvido

Juan Montero Martín, su hermana Lucía y Vita Polo Feyjóo son el alma de la Asociación Memorare. Nos encontramos con los tres jóvenes pardillanos en el cementerio de Villanueva del Pardillo para visitar la tumba de Josefina Romo Arregui. La investigación sobre la poetisa de la Generación del 27 dio paso al nacimiento de esta iniciativa que pretende rescatar del olvido a personalidades del ámbito de la cultura, de la ciencia y del pensamiento. El acto de presentación oficial llenó la sala del Centro Cultural Tamara Rojo.

Pocos vecinos del Pardillo saben que los restos de esta poeta, docente, investigadora y crítica literaria madrileña yacen en el camposanto pardillano. Desde diciembre de 1979, sobre la losa de mármol, una placa reza a modo de epitafio: “Cantad, cantad poetas nuestro olvido, nuestro descanso eterno, nuestro destino tácito. Cantad poetas porque hay algo seguro, algo desconocido que el átomo conoce”. Preside la lápida, sobre el crucifijo, la escultura de un libro abierto: “Nueva York 1964. Elegías desde la orilla del triunfo”. Juan Montero ha traído un ejemplar de esta obra editada por el Ateneo Puertorriqueño de Nueva York. 

Tras los versos
Juan Montero Martín tiene 25 años, es abogado laboralista y está inmerso en su tesis doctoral en Derecho del Trabajo. Su hermana pequeña, Lucía, tiene 19 años y ha comenzado la carrera de Historia en la UCM y Vita, autora del poemario “Recuperar tus lunares” y novelista en ciernes, tiene 21 años y estudia en la UCJC un doble grado de Comunicación Audiovisual y Publicidad y la carrera de Protocolo a distancia. A estos ex estudiantes del Sapere Aude les apasiona la literatura y juntos se han embarcado en un proyecto de “rescate” cultural. 

Apasionados
Todo comenzó en agosto de 2019 en la biblioteca Luis Parra. Juan estaba indagando sobre las poetisas de la Generación del 27. “Me había dado cuenta de que conocía a muchos hombres de esa Generación, pero no a muchas mujeres”. Y su inquietud le llevó hasta un recopilatorio básico de poetisas españolas del siglo XX. Al leer la biografía de la autora, Juan pegó un respingo: ¡Josefina Romo Arregui descansa en nuestra localidad! Para más inri, era la única autora incluída del recopilatorio que tenía referenciado su lugar de enterramiento. “Ahí fue donde me dije, ¡ostras! ¿Una autora de la Generación del 27 que descansa en nuestro cementerio? Busqué en internet y no aparecía absolutamente nada, no había ninguna referencia del municipio ni explicación alguna de por qué descansaba aquí. Y fue ahí un poco cuando empezamos el proceso de investigación”. 

No solo poeta
Las pesquisas les llevaron hasta Margarita Bru Romo, sobrina de Josefina, y el encuentro allanó su camino. Una placa en el edificio de la calle Arrieta de Madrid donde vivió antes de irse a Estados Unidos recuerda a la poetisa. “Fue profesora de Literatura en la Universidad de Madrid en los años 40 y 50 y en 1958, por las condiciones tan precarias que había en las universidades españolas, se marchó a Nueva York, donde pudo recibir ese reconocimiento académico y también económico”, señala Juan Montero. Vita Polo explica que, ya enferma de cáncer, regresó a Madrid para vivir entre el barrio madrileño de Mirasierra y la casa familiar de Vva. del Pardillo, en el límite con Villafranca. “Margarita lo cuenta muy bien, ella estaba presente el día que Diana Ramírez de Arrellano, alumna en Madrid y amiga íntima de Josefina en Estados Unidos,  la obsequió con `una tumbita´ con buenas vistas donde iba a poder descansar”. “Diana era de origen puertorriqueño y afloraron las diferencias culturales a la hora de afrontar la muerte”, apunta Juan. 

Obra
Lucía Montero destaca “el talento y la manera de escribir” de la autora. “Tenía una sensibilidad a la hora de hablar de ciertas cosas que te tocan mucho. Josefina se definía muchas veces como una isla” y que ese concepto de soledad está muy presente en su obra. “Pasa con otros autores, caso de Federico García Lorca en `Poeta en Nueva York´”, apunta Juan. “Descubrimos realmente la calidad de su obra cuando tuvimos los libros en la mano. Un ejemplo es `La ternura´, el poema favorito de Juan, que ni la propia Margarita sabía bien en qué libro estaba. Creo que Josefina Romo tuvo poco reconocimiento aquí porque se fue de España y pasó muchos años fuera, pero tiene la misma importancia que cualquier autor de la Generación del 27”, asegura Lucía. 

Inmersión
Han estudiado a fondo la vida y obra de Josefina Romo y se nota. “Sin esa inquietud, ni Juan hubiera ido a la biblioteca a buscar a esas autoras ni hubiéramos seguido indagando”, señala Vita. “Hay algunos artículos académicos que analizan su obra, pero una vez analizados con Margarita nos hemos dado cuenta de que tienen muchos errores. Ha sido un proceso pausado de descubrimiento que nos ha servido, además, para ir asentando elementos de su obra”, explica Juan.

Puesta de largo
En julio de 2023 decidieron dar cuerpo a la idea, comenzaron el proceso de creación de la Asociación Memorare y a preparar el acto de presentación, que se celebró el 10 de noviembre en el CC Tamara Rojo. “También es un logro personal que más de cien personas conozcan mejor a Josefina Romo y que después del evento haya venido gente que no suele leer literatura para decirnos que les ha parecido súper interesante y que no han perdido el hilo”, sonríe Vita. El evento suscitó un gran interés. Asistieron unas cien personas e intervino Margarita Bru que, a sus 87 años, está en plena forma. El alcalde, Eduardo Fernández, aplaudió la iniciativa. También asistieron concejales de distintas formaciones. 

Trampolín
La sociedad va a un ritmo vertiginoso, pero ellos están dispuestos a ir contracorriente. Lucía nos anima a que contribuyamos en primera persona al rescate de personalidades que se quedaron en el olvido y Juan incide en que Memorare quiere servir de trampolín para nuevas inquietudes y preguntas: “al final, es el motivo por el que creamos esto: animar a la gente a que tenga interés y despertar esas ganas por leer y por saber. Esa inquietud es la que mantiene tan bien a Margarita, eso queremos conmemorar, y que sirva para que la gente reciba ese estímulo y esas ganas de seguir aprendiendo y descubrir cultura”.

Rescate de Josefina Romo Arregui

La ternura
Y pensar cómo te busqué, con qué ciega esperanza
hice resonar el silencio con mi llamada;
cómo he sabido abandonar el penetrante fuego apasionado
por seguir tu sendero sencillo con musgo verde
y pájaros escondidos en sus árboles,
llegando hasta tu agua mi rostro
para aliviar las sienes agobiadas e infelices…
Ahora sé que solo eres un fugitivo temblor,
una buena mentira para acallar infantiles congojas…

Josefina Romo Arregui. Incluido en “Antología de poetas españolas. De la generación del 27 al siglo XV”.
Alba Editorial (Barcelona, 2018).

Josefina Romo Arregui (Madrid 27-05-1913 / Madrid 3-12-1979) se doctora con Premio Extraordinario en Filosofía y Letras en 1944 y trabaja como profesora en la Universidad de Madrid. Fue catedrática adjunta de Lengua y Literatura Españolas, de Literatura Hispanoamericana y de Literatura Universal. Entre sus alumnos, Xesús Alonso Montero, Carlos Bousoño, Alfonso Sastre, Alfonso Paso, Lázaro Carreter y Concha Zardoya. Animada por su ex alumna y amiga, la poetisa Diana Ramírez de Arellano, en 1958 se traslada a Estados Unidos, donde ejerce una importante labor docente en diversas universidades. 

Lazos puertorriqueños
El firme vínculo intelectual y emocional de la autora con Puerto Rico se debe a Diana Ramírez. Ambas promovieron el Ateneo Puertorriqueño de Nueva York, organismo que, junto a la Casa de España de Puerto Rico, sufragó en 1981 una placa homenaje en el Nº 14 de la C/ Arrieta de Madrid, su lugar de residencia antes de irse a EEUU. El relieve de Josefina Romo comparte fachada con el del torero José Gómez “Gallito”. Más separado, un cartel homenajea a la filóloga Carmen Bravo-Villasante. Además, la Casa de Puerto Rico en España le rindió tributo con la creación y dotación de dos becas que llevan su nombre. Fue una escritora que cultivó una poesía de corte tradicional, alejada de la vanguardia, tanto en lo formal -métrica y estrofas- como en el contenido -tendente al tono religioso y moralizante-.

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