
Golf para ciegos, clase Mundial

Alejandro de Miguel se convirtió en el primer golfista español en ganar el Campeonato Mundial de golf para ciegos. Lo hizo junto a su guía, Javier Parrilla, también vecino de Vva. del Pardillo, en la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo. Su hazaña tuvo una gran repercusión.
Ambos atrajeron la atención de los medios nacionales al protagonizar a finales de marzo el penúltimo hito del golf español. Apenas una semana después de su victoria, quedamos con Alejandro en la plaza Mayor del Pardillo. El pamplonés de 30 años no ha conseguido bajar aún de la nube mundialista. Apura una caña y revisa el móvil. Tiene aún 180 conversaciones pendientes.
Esperando el fallo
Tras imponerse en el Open de Sudáfrica (27 y 28 de marzo) con relativa comodidad, Alejandro sufrió de lo lindo para ganar un Mundial que estuvo condicionado por el fuerte viento. En la segunda y última jornada (31 de marzo), el israelí Zohar Sharon llegó a tener 9 golpes de ventaja sobre Alejandro en el cómputo total, pero sus opciones se desvanecieron en el lago del Milnerton Golf Club.
Estrategia
“En el hoyo 10 nos vimos con 6 golpes de ventaja y decidimos amarrar. Se nos había dado esa oportunidad y la aprovechamos evitando riesgos, nada de jugar bonito”. Confiesa que el partido se le hizo eterno hasta el hoyo 18, aunque acabó imponiéndose con 10 golpes de ventaja sobre Sharon y 39 sobre el surcoreano Dong Sik Im. Nada más ganar el título, mostró su orgullo por poder ondear la bandera española en su estreno en un Mundial.
Dejando huella
Alejandro, socio del Club La Dehesa (Vva. de la Cañada), es el primer golfista español ciego (categoría B1 -ciegos totales-) que logra este título. También fue el primer golfista español que ganó el British Open (2022) y el primero que disputó la Ryder Cup (2022, Europa contra EE.UU. y Canadá en el Sawgrass de Florida).
Deporte de equipo
“En el partido Javier lo pasó incluso peor que yo”, sonríe Alejandro, que recuerda que conoció a su guía por casualidad hace 4 años en Vva. del Pardillo. Él se encarga de describir el golpe, le ayuda a colocarse y le indica hacia dónde tiene que golpear y cómo. “Por ejemplo, me dice: quiero que hagas un golpe de 100 m, que la bola vaya baja y yo utilizaría este o este otro hierro. A partir de ahí tengo que ser capaz de coordinar el movimiento, ajustar la fuerza y esperar que todo salga bien. En el green, lo que solemos hacer es caminar, porque a través de los pies obtenemos referencias. También conseguimos información acústica dándole unos golpes a la bandera. A nivel de competición la diferencia puede ser cuestión de milímetros”. Cuando el guía “titular” falla, le sustituyen los también pardillanos Javier Parrilla (hijo) y Diego García de Paredes.
Gastos
El golfista, que asume sus gastos y los del guía, agradece el apoyo que le han brindado las federaciones española y madrileña de golf para acudir al Mundial. Alejandro y Javier pudieron estirar el viaje y hacer turismo. Como en el campo de juego, Javier le iba contando lo que tenían ante sí: el singular barrio de No-Kaap, la vista desde Table Mountain o el acuario de Ciudad del Cabo.
“Nunca lo pensé”
Comenzó a jugar al golf con 6 años, pero nunca se lo llegó a tomar en serio. A los 8 años le diagnosticaron un glaucoma congénito y a los 22 años, tras perder la vista, volvió a coger los palos de golf que tenía aparcados sin ninguna pretensión de competir. “No sabía ni que había un circuito. Comencé por diversión y nunca pensé que esta historia, que se inició hace más o menos 5 años, me llevaría adonde me ha llevado. ¿Quién me iba a decir entonces que iba a estar jugando al golf en Sudáfrica? ¡Y en una Copa del Mundo! Son experiencias para el recuerdo. Es una ilusión, un sueño, pero también estaría muy contento si no hubiéramos ganado. No solo se trata de jugar al golf, el ambiente entre los jugadores es muy bueno y después de los partidos nos tomamos algo y nos lo pasamos genial. Además, cada vez daba menos patadas al diccionario de inglés -sonríe-”.
Fiel compañero
Vive en el Pardillo desde 2014, aunque conoce el pueblo desde mucho antes. Se confiesa futbolero, seguidor de Real Madrid y Osasuna, y se lamenta porque en esta ocasión no ha podido venir con Lumux, su perro guía desde noviembre. “Tengo que aprender mucho, nos tenemos que hacer el uno al otro, tenemos que hacer muchos kms. Con él no me he tropezado ni con un banco ni con una mesa”.
Sin parar
Alejandro trabaja en el área de recursos humanos de una consultoría tecnológica, es tesorero de la nueva junta directiva de la Blind Golf Ass. y organiza el Spanish Blind Open, que este año se celebra en junio en Fuerteventura. Solo será el apertivo porque después tiene previsto disputar los torneos de Nottingham (julio), Estocolmo (agosto) y Dublín (septiembre).
